jueves, diciembre 04, 2008

MARIDOS, TÍTULO DE UN BUEN LIBRO


MARIDOS
Ángeles Mastretta
Puebla, México, 1949.
De ella he leído alguna que otra cosa. Ahora estos Maridos es de noviembre de 2007.
Se compone el libro de una a modo de introducción y le siguen unos 47 relatos, narraciones o cuentos en los que, de manera repetitiva, los maridos son el motivo primordial de las historias, si bien son las mujeres las protagonistas absolutas en todos y cada uno de ellos.

Los hay divertidos, tristes, ensimismados. Con buen o mal final. A veces la rueda gira y volvemos al principio de modo inesperado. Muchos de estos maridos " pendejos " ( que casi todos lo son ), acaban regresando después de haber estado dónde, cuanto, quien sabe qué.
Me gusta mucho la escritura "poblana "de Mastretta. Describe bien la idiosincrasia de los personajes y tal parece que los haya encontrado en el día a día de su vida o en la vida de sus amigos o familiares.
Creo que son historias verídicas aderezadas con su especial sentido del humor y que se mezclan en tiempo y espacio.
Pueden ser algunos cuentos del tiempo de su abuela o por ahí y otros se desarrollan en la actualidad ya que cita Internet o el Messenger.
Unos pocos son micro relatos y en ellos logra soltura aunque el cierre no sea siempre redondo, por decirlo de algún modo.

Por sus 257 páginas publicadas por Seix Barral Biblioteca Breve, desfilan todo tipo de hombres y mujeres, de toda época y condición, ricos y pobres, jóvenes y maduros incluso viejos. No sé bien si es una novela de entretenimiento o al fin tiene alguna moraleja. Porque si ellos son pendejos, ellas despliegan, muchas veces, toda clase de artimañas para entretener el abandono. En el fondo de cada cuento hay el amor, el desamor y toda una serie de condicionantes. Pero da la impresión que estos hombres y mujeres tienen muy suelta la libido y que los hijos, en general hay muchos hijos, no cuentan casi nada en las locas decisiones de los padres.
Hay varios relatos en los que, como era costumbre antaño, el matrimonio está apalabrado. Para esas alturas muchas veces ya los futuros esposos se han enamorado de otros, de modo que cuando se casan por obligación, unas veces acaba mal antes y otras un poco después. Amantes (que ella siempre llama "novios " ) hay por doquier.

El lenguaje no es soez (salvo en raras ocasiones en las que usa los términos mexicanos como "coger "y alguna que otra expresión más dura ), pero sí hay equívocos que le dan interés al libro.
Algunos hay que tratan de amores gays o lésbicos con mucho humor y pasando por todos como de puntillas.
A pesar de las habladurías continuas que provocan estas situaciones en el entorno, se diría que el escándalo anda siempre tapado entre comadres.
Ellas son las verdaderas protagonistas, no en su abandono sino en la forma en que lo enfrentan. La mujer queda en este libro reflejada como la eterna amadora que con poco se conforma: eso sí, casi siempre después de haber dejado correr el tiempo en ocupaciones y estudios varios, en otros amoríos y en otras vidas fructíferas.
Las hay frívolas, las hay aguantadoras, las hay indiferentes.
Ellos suelen ser jugadores, bebedores y chingadores.

El libro se lee de carrerilla y deja un sabor agridulce aunque más bien tierno.
Como la tapa, media naranja, que tanto será dulce como amarga.
Cierra el libro con el final de la introducción. Eso está logrado y le da un toque de redondeo a las historias.
Hay algunas destacables pero en gustos personales y más de lectura, cada cuál tiene preferencias que sólo uno conoce.

Recomendado para un buen rato de ocio y para ponerse al día del español hablado en Puebla (hay otras zonas y modismos), Puebla, que dice la autora es lo más español de México.
Uno breve, de tan lindo, que dirían allá:

"Así ": Se durmieron así, en la lentitud de las horas que uno pasa como si ya hubieran pasado. Las horas repetidas, anónimas, las horas como tantas, las aburridas horas que un día echaremos de menos "(pag 225 )
¡Qué gran verdad!

Gracias x leerme y que lo disfruteis !

No hay comentarios: